Por: Vidal Flores, Gerente Corporativo de RRHH, Grupo EFE y Director de la Asociación Peruana de Recursos Humanos – APERHU
A lo largo de mi carrera he visto a muchos jóvenes ejecutivos aspirar en convertirse en grandes gerentes de línea y algunos aspiran a ser CEOs. Consideran que por ser parte del grupo elite de los llamados high potencial de la empresa, contar con un MBA y dominar otro idioma, ya tienen el camino asegurado para serlo. ¡Nada más lejos de la verdad!
Hace algunos años, en una organización implementamos un programa de trainee que convocó a cerca de 1000 postulantes de todo el país, de los cuales, después de un riguroso proceso de evaluación, fueron seleccionados 20 jóvenes en formación. A los 6 meses me tocó reunirme con ellos, uno por uno, para escucharlos y darles feedback, para lo cual me documenté con toda la información relevante para ayudarlos en su proceso de crecimiento profesional.
Gustavo, Ingeniero Industrial de una prestigiosa universidad, llegó a la sesión de feedback y alguna de las preguntas que le hice para asegurarme si había identificado su área de especialización en los próximos años fueron:
- Gustavo, ¿cómo te ves en los próximos años en la organización?
- Ante lo cual me respondió firmemente: Quiero ser el próximo Gerente General de la empresa.
- Sin perder la ilación de la conversación, respondí con otra afirmación: Yo también quiero ser Presidente de la República.
- Gustavo me miró sorprendido: Usted está bromeando conmigo.
- Pero tú comenzaste, le dije al instante.
Conociendo bien el trabajo de Gustavo y sus actividades después de la oficina, por los datos previamente levantados, le pregunté cuál era su rutina después del trabajo. Me comentó que salía de la oficina a su casa a ver televisión o jugar videojuegos, no participaba en reuniones after office o actividades deportivas que los otros jóvenes organizaban, ni asistía a las clases de inglés para negocios que ofrecía la empresa después del horario de oficina. Gustavo tenía pocos amigos y nunca participó en activades comunitarias que la empresa organizaba.
Es aquí, donde suelo encontrar repetidamente la gran incongruencia de ejecutivos aspirantes, muchos “deseos de crecer”, que no están acompañados de acciones concretas que los lleve a alcanzarlos. Muchas veces nuestro “Yo hago” es mejor que nuestro “Yo sé”. Lo más importante de construir una carrera gerencial es prepararse firmemente para liderar personas, el conocimiento te puede llevar a ser un buen Gerente Técnico, pero crecer como CEO o como un buen líder involucra sobre todo gestionar el talento de otras personas.
Aquí comparto algunos consejos que pueden ayudarte en tu carrera camino a ser un CEO:
- El desarrollo de tus habilidades blandas deben ser tu foco. El conocimiento técnico está disponible hoy por internet. Muchos probablemente sabrán más que tú. Pero tú debes estar preparado para gestionar apropiadamente múltiples conocimientos y talentos de tu equipo.
- Búscate un mentor, alguien de experiencia y objetividad en la empresa con quien puedas conversar y ser tu guía, consejero, alguien con quien compartas tus inquietudes o tener otro punto de vista en tus decisiones.
- Participa en todas las oportunidades que involucren reuniones con personas: voluntariados, actividades deportivas, after office, etc.
- Networking es clave en la carrera de todo gran ejecutivo. Las grandes relaciones construyen grandes aliados y te expone permanentemente en tu próximo paso de crecimiento.
- Sé humilde y agradecido. No hay nada peor que creerte superior a los demás. Trata a todas personas, como te gustaría ser tratado. Agradece al personal de servicio.
- No dejes de aprender, invierte parte de tus ganancias en aprender algo nuevo cada vez. Tu dinero mejor invertido debe ser en ti mismo.
- Conversa mucho con la gente y sobre todo escucha, es importante desarrollar habilidad de relacionarte y que la gente te conozca.
- Pide feedback permanentemente, no tengas temor hacerlo, atrévete. Es un regalo que debes saber aprovechar y valorar. Siempre habrá malos días en tu carrera los cuales debes convertir en lecciones para tu crecimiento.
- Y lo más importante, integridad y coherencia. Tus “actos” siempre sonarán más fuerte en el oído de las personas que tus “palabras”. Hacer lo correcto en tus decisiones, siempre hará la diferencia en tu vida laboral.
Este año que comenzó proponte ser una versión mejorada de ti mismo, eres tú el responsable que este y todos los años sean mejor que el anterior.
Cuando tomes la firme decisión de convertirte en el próximo CEO de tu empresa, ya tienes algunos consejos que podrán ayudarte en este camino.
¿Cuándo quieres comenzar?